Acid Pop! |Obligatorio Leer|

Han pasado muchos años desde la gran batalla en Hogwarts, el movimiento Mortifago estaba extinguido pero nadie se permitía olvidar tales atrocidades. Era el recordatorio de que todos tienen algo malo y cruel en si mismos, era el recordatorio para no cometer errores de nuevo. Pero había algunos que no olvidaban, había algunos que tenían su rencor heredado de generación en generación, remontándose desde incluso antes de la muerte del menor de los hijos de Harry Potter. Ellos se organizaban en secreto, esperaban al momento perfecto para atacar, al momento en que todos miraran sin hacerlo. Y sin más atacaron, en el mismo lugar donde se les fue arrebatado su sueño, su poder, su derecho. Hogwarts, colegio de magia y hechicería. Ese día murieron muchos, tanto gente del mismo colegio como Tradidits. Ya hasta tenían su nombre, era lo que más les enorgullecía, su lema; “tradita nobis, sed semper sumus vicimus”. Destruyeron todo a su paso, Hogwarts ya no era Hogwarts, ya no era nada, solo escombros y polvo.
Pero el mundo no se dejó, los Tradidits no tomaron el poder, pero si habían asestado un fuerte golpe en el corazón de todos. El ministro de magia, Sidhartt Burton uno de los hombres más ricos de la sociedad mágica, financió la construcción para un nuevo colegio. Lejos de las instalaciones del antiguo Hogwarts, sería renombrado, pero por más que insistió no pudo cambiar las casas. Gryffindor, Ravenclaw, Hufflepuff. El director, Dorian Laventur, no pudo dejar atrás a los, tal vez, más grandes magos de la historia, no pudo dejar atrás la esencia de algo llamado “Hogar” , ya que la mayoría se sentía así en esa escuela. La llamaron así Anfang en honor a un comienzo nuevo. Al terminar la construcción se mandó el anuncio a todo el mundo mágico. A algunos no les daba buena espina pero no tenían opción así que mandaron a sus hijos a esa nueva escuela confiando en que sería lo mejor.
Por otro lado los Tradidits seguían en silencio armando su siguiente plan, para esta vez hacerse con el poder de todo. Con intención de ganas más reclutas hicieron lo que cualquiera, infiltraron gente en el mismo Ministerio y en Anfang. En Anfang era obvio que los hijos de Tradidits querrían participar, eran confiados en que ganarían y tomarían todo lo que se les había quitado a sus antepasados. Nadie sabía el verdadero poder que tenían éstas personas, nadie siquiera sabía donde estaban. Pero lo que sabían era que tarde o temprano volverían y sería peor que el encuentro anterior.

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